Yo quería dejar de pensar, y al fin lo hago. Y es acaso mas atroz no tener ningún bastón con el que pueda deshacerme de estos suspiros vagos. Me prometieron tantas glorias, tantas perlas contrastadas, que ahora, es mi memoria mi única aliada. De tanto en tanto, de fijo, aquí me hundo. No llamadme, nadie. "Lisiado" no es sincero, pero si lo más rotundo.
Al menos me ha embargado la pastosa ansiedad, y hoy al despertarme me dispuse a pelear.
¿Contra qué?
Sólo hice por girar la llave, dos vueltas, más vueltas, para no poder salir, para que nadie entre.
Es lo mismo. Puedo columpiarme entre la tierra mojada y el cielo cerrado. Puedo pensar que es justo ese meridiano donde habita constantemente lo que no es. No puede ser constante. Iré recibiendo muertes, una tras otra...les diré que estoy tan taciturna que no me vale la palabra. Que aquél es mi hogar, conquistado a osadías, mientras que ellos son huéspedes obligados a enfriarse en esa enorme arca pútrida.

No hay comentarios:
Publicar un comentario