Nuestro árbol genealógico se construye normalmente desde la última generación conocida hasta nosotros, así:
Pero está equivocado, puesto que esto lleva el jándica de cargar nosotros con el peso del árbol genealógico, con sus traumas y 'maldiciones'.
En cambio así sería más correcto:
La familia nos sostiene.
Bien esto es todo simbólico, pero lo importante es que debemos saber que seguiremos el programa familiar y seremos leales. Esto significa que repetiremos lo que nuestros antepasados han hecho hasta la cuarta generación, normalmente. Para evitar caer en los mismos errores o vernos llevados por la corriente y la influencia de los deseos y aspiraciones frustradas de nuestros antepasados, tan débiles como nosotros, y tan incorrectos, debemos tener bien consciente de qué familia provenimos y qué somos. Para esto además de conocer todo lo que se debiera a los padres propios debemos buscar esta información de las generaciones superiores, ya que en muchos casos no logramos conocerlos en persona por haber fallecido:
-Las fechas. Son importantes las de nacimiento, boda y muerte, esto nos podrá guiar a la hora de recomponer la novela familiar, que es la historia. Sabiendo a qué edad se casó una abuela nuestra, pongamos, que a los treinta y cinco, sabremos que hay algo fuera de lo común, hay algún tipo de trauma que le lleva a ser la Madre-abuela de su hijo, ya que hay una generación de por medio, las cuales se consideran al pasar los 15 años. Lo mismo si se diese el caso de una madre demasiado jóven, o de un padre desaparecido, un madre soltera, un matrimonio mal avenido, una infidelidad, un incesto de cualquier tipo...
Después por otra parte en nuestra genealogía a veces parecerá que nuestros antepasados y familiares vivos son poco originales porque todos nacen, mueren o se casan en las mismas fechas que otros que se han casado, o han muerto o nacido en esa fecha. Es decir, en mi familia, por ejemplo, la mayoría de las muertes y nacimientos son en noviembre, alrededor del 25. El hecho de que alguien nazca coincidiendo con la fecha de muerte de otra persona o la de nacimiento implica que tenga una fuerte influencia de ésta, y no es nada esotérico, sino clarividencia explicada con lógica sicología. Muchas veces nacemos para 'sustituir' a alguien que en breve morirá y nuestros padres lo saben, o alguien ya fallecido al que se echa mucho de menos, o en un caso peor, al que odiaron, y nosotros seremos la reencarnación de esta persona, de la que se vengarán. Por esto merece la pena saber exactamente las fechas, aunque no es tan fácil, a veces se esconden, cambiando el órden de las cifras, o naciendo en el año de la muerte y el día del nacimiento de aquella persona...
-Acontecimientos importantes. Si alguien se fué a la guerra, o si fué exiliado, expatriado, o estuvo enfermo mucho tiempo, o si hubo cualquier tipo de cosa que marcase a una persona o varias de la familia. Debemos buscar la fecha aproximada de este acontecimiento.
-Los oficios. Por supuesto los oficios dicen mucho de una persona. Alquien que limpia cerdos no podrá tener la misma filosofía ni verá todo igual que una persona que se dedica ocho horas al día a clasificar papeles. El oficio dice de la personalidad inicial y de la afectada. También deberíamos saber las vocaciones frustradas de nuestra familia, porque inconscientemente, querremos cumplirlas a toda costa, porque esa persona nos dió la vida, probablemente dejó todo para que viviésemos, es una deuda. Y a veces nos conduce hasta la misma muerte, es importante saber encontrar el equilibrio, saldar la deuda sin crearle a nuestros hijos la nuestra.
-La economía y trayectoria laboral. Nosotros buscaremos lo mismo. Pongamos a un matrimonio de abuelos que tienen una fructífera cafetería y están en lo más alto, pero de repente por algún motivo quiebran y pierden todo el dinero. Luego sus nietos necesitarán montar una cafetería o hacer algún tipo de trabajo ligeramente relacionado, y por supuesto, buscará tener una vida con poco éxito laboral, tendrá el complejo de obrero.
-Las creencias. Puede que alguien tenga un familiar judío, o islámico, o ferviente católico. Esto puede llevarnos a un lado u otro, puede que nos obligue a ser ateos, o a buscar parejas de esa religión aunque no nos convenga...Las creencias nos conducirán, no ya en el sentido de la religión, sino en la filosofía muy marcada de una familia, a un lado un otro del mundo y de la vida.
Cuando se tiene todo esto, se puede reconstruir a novela familiar, y por tanto, nuestra esencia, podemos caminar más seguros, sabiendo que vemos hacia adelante, y hacia atrás. Sin dejarnos llevar por nada, y siendo libres por fín, liberando así también a nuestras generaciones futuras.