miércoles, 24 de junio de 2009

El lado más ¿sensible? de Hitler

Como si del Papa y su bendición se tratase, la gente deseaba poder tocar al Führer, que sus hijos pudiesen hacerlo y que fuesen bendecidos por el y su demoníaca mirada.
Estas son algunas de las muestras de la sensibilidad de Hitler ante la cámara. Como éstas hay un centenar.



También amaba a los cervatillos.

Y sobretodas las cosas, de forma casi enfermiza, amó a sus perros. Aquí con su Pastro Alemán. Como no.

Su sensibilidad, como decimos, también se puede reflejar en sus obras. Porque Hitler además de dictador y masacrador era artista.

Tan minimalista como recargado. La idea de perfección en la arquitectura de Hitler. Quien supo llevarlo a una maqueta tan blanca como la nieve_con o sin significado_fué su mejor amigo, el arquitecto Speer.

Probablemente inspirado por las vistas de su casa en Berghof, la verdad es que Hitler no pintaba mal, pero su genio residía en otra parte de su personalidad.

Aquí un retrato_supongo que de Eva Braun_facial, aunque también se sentía atraído por los desnudos. La verdad es que existe una gran diferencia entre la pintura y el lápiz en manos de Hitler. La culminación de su obra está forjada de mucha acuarela y amor por la arquitectura.

Este retrato (realizado durante su juventud, en la primera guerra mundial) parece estar más conseguido.

De estilo realista y natural, Hitler gustaba de plasmar paisajes limpios y ciudades en ruínas.

Es gracioso que su mayor oponente, Churchill, también fuese pintor en sus ratos libres, aunque el trabajo de éste es menos impactante.

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